miércoles, 22 de mayo de 2013

PASTA, ENSALADA Y TARTALETAS

PASTA
2 yemas
125 g de parmesano, y más para servir 
La ralladura y el zumo de 2 limones
Un manojo pequeño de albahaca fresca
500 g de placas de lasaña fresca

ENSALADA
8 lonchas de panceta
1 diente de ajo
1 cucharadita de semillas de hinojo
1 bolsa de rúcula prelavada y / o berros
Un ramito de menta fresca
Un ramito de estragón fresco
Un buen puñado de uvas verdes o variadas
2 cucharadas de vinagre balsámico
1/2 limón

ALIÑOS
Aceite de oliva
Aceite de oliva virgen extra
Sal marina
Pimienta negra

TARTALETAS
4 tartaletas hondas de masa quebrada
4 cucharadita de mermelada de frambuesa
1 lata de 400 g de pera al natural 
Opcional: 2 ramitas tiernas de tomillo limonero fresco
2 claras de huevo
100 g de azúcar blanco
1 cucharadita de pasta o extracto de vainilla
1 bote pequeño de helado de vainilla de buena calidad, para servir.

PARA EMPEZAR
Ten preparados los ingredientes y el equipo necesario. Calienta el horno a 190ºC. Llena un cazo grande de agua caliente, tápala y ponla a fuego vivo. Calienta una parrilla a fuego vivo. Monta el accesorio de rallado fino en el procesador.

TARTALETAS
Coloca las tartaletas en una bandeja de horno y echa en cada una de ellas 1 cucharadita de mermelada de frambuesas. Corta en lonchas 4 mitades de pera y repártelas entre las tartaletas. Espolvorea con unas hojitas de tomillo limonero, si lo vas a utilizar.

PASTA
Separa las yemas de las claras de 2 huevos. Echa las yemas en una fuente de servir honda y las claras en un cuenco de batir.

TARTALETAS
Añade el azúcar y una pizca de sal en el cuenco de batir con las claras de huevo, pon en marcha la batidora eléctrica y gradúala a máxima velocidad hasta que la mezcla adquiera brillo y consistencia.

PASTA
Vierte 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal y pimienta en la fuente donde están las yemas. Ralla el parmesano en el procesador y échalo en la fuente de las yemas con el zumo de limón y la ralladura. Reserva algunas de las hojitas más pequeñas de albahaca y divide el resto en dos mitades. Machaca una mitad en un mortero hasta conseguir una pasta verde y trocea la otra mitad. Echa las dos partes en la fuente honda de las yemas. Revuélvelo todo junto hasta que quede bien mezclado y sazona con sal y pimienta.

TARTALETAS
Las claras a punto de nieve deberán estar ya brillantes y consistentes, así que repártelas sobre las tartaletas y moldéalas con la cuchara para que formen bonitos relieves y piquitos. Mételas en el horno con la rejilla a una altura media y marca en el temporizador 6 minutos, o espera a que estén doradas y apetecibles.

ENSALADA
Pon la panceta en una sartén sin nada sobre fuego mediano y tritura los dientes de ajo sin pelar. Cuando las lonchas estén doradas, dales la vuelta y echa por encima las semillas de hinojo. Mientras tanto, vacía la bolsa de hojas de ensalada en una fuente de servir o en un cuenco grande. Esparce por encima unas hojitas de menta y estragón y echa un buen puñado de uvas partidas por en medio o enteras. Cuando la panceta esté crujiente y buenísima, retira la sartén del fuego.Revuelve la ensalada y colócala en una fuente con la panceta crujiente y las semillas de hinojo por encima.
Prepara el aliño. Vierte 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y 2 cucharadas de vinagre balsámico en una jarra pequeña o en un bote de mermelada. Añade una pizca de sal y pimienta y exprime encima el zumo de 1/2 limóm y llévalo a la mesa con la ensalada para aliñarla justo antes de comerla.

PASTA
Coloca las placas de lasaña en una tabla y córtalas por tandas en tiras regulares, Échalas en el cazo de agua hirviendo con una buena pulgarada de sal. Remuévelo, tápalo a medias y deja que hierva a borbotones durante un minuto y medio.

TARTALETAS
Comprueba cómo van tus tartaletas y si ya están hechas, sácalas del horno para que se enfríen. Saca el helado del congelador para servirlo con las tartaletas.

PASTA
Esta pasta se debe comer recién hecha para poder disfrutarla como se debe, así que avisa a todo el mundo para que se siente a la mesa. A mi me gusta utilizar las pinzas para sacar la pasta y echarla en la mezcla de huevos, porque el agua de cocción que arrastra hace que la salsa quede buenísima. Si te parece que hacerlo así es un engorro, escurre la pasta en un colador, pero reserva un poco del agua de la cocción. Revuelve de inmediato la pasta con la salsa y añade 2 o 3 cucharadas más de agua de la cocción si hace falta aligerarla más. La pasta fresca seguirá absorbiendo agua, de modo que déjala un poco más cruda de lo necesario porque así llegará en su punto a la mesa. Pruébala. ¿Necesita un poco más de sal o de parmesano para equilibrar el zumo de limón? Si es así, rectifica lo necesario y luego esparce por encima las hojas reservadas de albahaca y ralla un poco más de parmesano. Llévala a la mesa, aliña la ensalada y coméoslo todo ya.


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